26 ene 2011

La comida

Dependencia SAG
MOSO Company

“La droga más legal y vendida se compone de sal, azúcar y grasa.” MOSO Company

El mercado actual potencia tres poderosos saborizantes: sal, azúcar y grasa (SAG), saborizantes que encontramos en el 100% de los alimentos procesados y que son los responsables de la precaria salud a nivel mundial elevando los índices de enfermedades de tipo cardiacas, gástricas y respiratorias que pueden derivar en incontables más.

¿Qué hay de nuevo si todos sabemos que el exceso de sal, azúcar y grasa afectan nuestro organismo? Pues lo nuevo está en la cantidad que consumimos de estos sin darnos cuenta:

  - Un vaso de bebida gasificada contiene 9.8 cucharaditas de azúcar mientras la dosis diaria recomendada es de 6 a 18.

  - Una vienesa contiene media cucharadita de sal mientras la dosis diaria recomendada es de 2.

  - Una barra de chocolate contiene 47 gramos de grasa mientras la dosis diaria recomendada es de 75 gramos.

“Comemos tres veces la cantidad de azúcar, sal y grasa que deberíamos con la cuchara de la ignorancia y una pisca de voluntad.” MOSO Company

La pregunta es obvia: ¿Por qué seguimos consumiendo productos altos en SAG?

Restaurantes de comida rápida con la clave


Para entender porqué los alimentos altos en SAG son abrumantemente consumidos tomemos como referencia a la empresa líder y pionera en el uso de SAG concentrado: McDonald`s.


McDonald's es una cadena de restaurantes de comida rápida. Sus principales productos son las hamburguesas, sándwiches, papas fritas, refrescos, postres y también tienen un menú para el desayuno con burritos, huevos, medias lunas y café.  Atiende en promedio a diez y siete mil ciento cincuenta y cinco millones (17.155.000.000) de clientes al año, 47 millones al día.

Hoy es uno de los restaurantes con mayor presencia en el mundo, convirtiéndose en un símbolo de EEUU, la comida rápida, el capitalismo y la globalización. McDonald's es la cadena de comida rápida más grande y famosa en el mundo.

La clave del éxito de esta empresa se debe a dos cosas: el trabajo humano mecanizado y el uso desproporcionado de sal, azúcar y grasa en sus alimentos.
McDonald’s descubrió que podía reducir los costos de producción otorgándole a cada trabajador un puesto único, repetitivo y fácil de realizar, así se les podía pagar poco sin derecho a aumentos de sueldo debido a lo fácil y mecánico del trabajo. Además los trabajadores eran totalmente reemplazables pues enseñarle a otro no costaba más de 5 minutos. Esta técnica revolucionó la forma de trabajo y le proporcionó tantos ingresos que el negocio se pudo expandir a velocidades increíbles.

La otra clave estaba en los alimentos, pues por muy eficiente que fuera la mano de obra si su comida no era buena no daría ingresos, fue por ello que se estudió la forma de hacer que la comida fuera adictiva, y por su puesto la encontraron: aplicar sal, azúcar y grasa en exceso mezclada con un tanto de ignorancia.

Muchos otros restaurantes han seguido el ejemplo de McDonald`s y han podido dar cobertura a la cada vez más abundante demanda.

Cuando el abuso recién comienza: SAL

El consumo de sal en las sociedades va en aumento. Se ingiere 6 veces la cantidad de sal necesaria por día para complacer el acostumbrado organismo humano. Cada vez se condimentan con más sal los productos y las comidas porque la sal crea dependencia. Cualquier cosa que no tenga sal es percibida como mala o insípida. Cuanto más abusas de la sal, más necesaria se hace en la dieta, así, lo que antes tenía sabor ya no lo tiene porque cada vez se necesita más. Esto se conoce mundialmente como la adicción a la sal.

Hay que tener en cuenta que las empresas de alimentos piensan muy poco en la salud de sus consumidores ya que priorizan la venta, y si el producto de al lado tiene más sal, no les queda otra que aumentar las cantidades de sodio también para seguir en la competencia. Es por ello que nosotros somos los únicos responsables de nuestro buen consumo.

Ya en distintos países de Europa se intenta frenar el excesivo consumo de este preciado condimento con campañas que muestran cuán dañino para la salud es el exceso de sodio. Problemas renales, enfermedades cardiacas, problemas gástricos son solo unos cuantos problemas que la sal trae consigo.

“El consumo de la sal de mesa incrementa los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares, cardiacas y cerebrales, hipertensión y males renales; incluso puede traer como consecuencia alteraciones visuales y calambres en las piernas; según advirtieron algunos especialistas del ISSSTE.

La gran amenaza: AZÚCAR

Pasa lo mismo con el azúcar. Su consumo es cada vez mayor a medida que la adicción avanza. Estudios revelan que el azúcar genera un incremento de los OPIÁCEOS en el cerebro provocando placer, tal como lo hace el opio y sus derivados: heroína codeína y morfina. Esta es la causa de la dependencia al azúcar a la que somos expuestos desde muy temprana edad. Sin saber, padres de casi todas partes del mundo generan la adicción en los niños. Incluso se les premia con alimentos dulces, tales como galletas, masticables, helados, tortas, bebidas, etc.

El azúcar produce enfermedades como la diabetes, obesidad, cáncer, enfermedades crónicas al corazón, entre otras. El azúcar debilita los huesos, disminuye los minerales en el cuerpo lo que debilita las enzimas. También produce desordenes en el sistema endocrino forzando a nuestras hormonas a trabajar el doble, se pierde la capacidad de regular el sodio y el potasio, la presión sanguínea, el metabolismo de la glucosa, la adrenalina y la secreción de esteroides sexuales. Altas concentraciones de azúcar en el sistema circulatorio causan daños permanentes a las estructuras moleculares de las proteínas. Una vez dañadas, las proteínas pueden provocar enfermedades crónicas degenerativas. Y así las anormalidades siguen y siguen.

El azúcar nos rodea, la encontraremos donde sea y cuando sea en casi todo el planeta tierra y a un coste extremadamente barato. Los alimentos de producción industrializados que comemos a diario cubren esta droga con buena publicidad y ya está, tienen todo bajo control y se vende rapidísimo a los ojos de todos.


Según médicos los sustitutos del azúcar (la sacarina, la sucralosa, el isomalt y muchos otros) no son una solución porque mantienen el gusto por lo dulce y por lo tanto la adicción.

Y continua: GRASA

Los daños no son distintos a las concentraciones de sal y azúcar. El consumo de grasas insaturadas aumenta el riesgo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Además, un consumo excesivo de grasas puede causar obesidad, enfermedades a la vesícula biliar, algunos tipos de cáncer e infarto cardíaco.

La grasa la encontramos en los lácteos, carnes, aceites, embutidos, frutos secos, legumbres, etc.

La grasa le da sabor a los alimentos, es por eso que las multinacionales no pierden la oportunidad de agregarla en el producto que se les ocurra.

A darnos cuenta ¿no?

“Una vez más la construcción sabia es demolida por la instantaneidad.” MOSO Company


El exceso de SAG es muy contraproducente para el consumidor ya que se altera el umbral de percepción de los sabores salado y dulce. Entonces, es fácil que necesite añadir más sal o más azúcar a platos y recetas caseras para conseguir el gusto esperado, con las sabidas consecuencias negativas de ingerir en exceso ambos ingredientes.

Hay que enterarse de cuánto consumimos. Los alimentos embazados son los principales causantes del trastorno, tienen cantidades abismantes de SAG, sobre todo la famosa comida chatarra. La comida barata satisface más rápido que la comida saludable, es por eso que mucha gente pobre no consume frutas, verduras, pavo o pescado. Piensa, sólo con un vaso de bebida estamos haciendo la cantidad de azúcar apta para el día. ¿Qué harás con tu desayuno y once o el snak del medio día?

El sistema que nos proporciona alimentos a los países industrializados nos da la cara con publicidad de buen gusto ¿Por qué no ha de ser de buen gusto el producto también? Y tienen razón, el producto: “es de buen gusto”. Sin embargo, no nos proporciona ni una pisca de buena salud, pero ¿A quién le importa la salud? ¿Sabes a quién?... al enfermo. Como siempre tenemos que estar al borde de los problemas para tomar decisiones pero lamentablemente en materia de alimentos, dejar que el tiempo pase es un error con consecuencias irreversibles.

Mi solución no es cambiar el “sistema” sino tomar conciencia. No nos adecuemos a un sistema de alimentos tan enfermizo como este. Él no nos prestará dinero cuando tengamos que pagar nuestro hospital, no nos quitará el peso de las humillaciones y discriminación por ser obesos, no nos abrirá los ojos después de la muerte porque sólo quieren nuestro dinero. Yo no tengo ni una sola ganancia al decirte que debes disminuir el SAG, esto es por ti y nadie más. Porque sólo tu sabiduría y entendimiento puede salvarte. Quizás así las multinacionales se den cuenta que la gente ya no quiere sus adicciones y cambien sus productos a unos más saludables.

El gusto por estos condimentos es adquirido, nosotros podemos revertirlo con voluntad inteligencia y conciencia. Sé que si te diste el tiempo de leer esto tienes de estas tres. Te deseo mucho esfuerzo para vivir más tiempo y disfrutar más de cosas mejores.

Pon límite a los excesos de sal azúcar y grasa, ¡ya mismo!

“Las comidas saben ricas cuando rica es la salud que nos da vida para comer.” MOSO Company


Agradezco su compromiso, difusión y opiniones.

3 comentarios:

  1. El problema de la comida es enooorme, porque son tantos los factores que provocan que nuestra realidad sea una alimentación poco saludable, que se nos hace difícil poder adquirir una buena alimentación, valga la redundancia. El dinero como lo mencionaste, el poco tiempo que tiene la mayoría de las personas trabajadoras, la poca información de lo que comemos y la mala crianza que muchos tenemos al no ser debidamente inculcados con buenos hábitos alimenticios son solo unos pocos factores. Siempre miramos raro o comentamos malas cosas de las personas obesas sin mirar más allá del problema, y es que con tanta basura de buen gusto se hace cada vez más complicado ser selectivo con lo que comemos, y no olvidemos la escasez de dinero de muchos y los vagos minutos que se ocupan en comer... Y es que esta adicción es comparada como todas las demás tan conocidas, como lo son el tabaco y las famosas drogas alucinógenas. El efecto en las personas es completamente relativo.

    Y como siempre la idea es hacernos un bien, sería genial poder conseguir esa tan anhelada comida rica y saludable (y ojalá poco costosa) pero como se ha mencionado, son muchas las complicaciones para poder llegar a ella por un periodo constante, pero tampoco olvidemos que hasta las verduras ya no son totalmente saludables, los alimentos cada vez más están siendo perturbados con químicos que no precisamente son favorable para nosotros.

    No es fácil! y vaaaaya que lo sabes tú.
    pero nada perdemos con intentarlo...

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  2. A la gente no se le enzeña a pensar...reflejan su cultura...

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  3. El problema aqui mas que nada se basa no en una alimentacion sana, palabras que mas bien no tiene ni un sentido si tomamos en cuenta que las sociedades primitivas no tenian estas percepcion y se relacionaban de una forma armonica con la naturaleza.
    El problemas se basa en q las personas no ven la accion de comer como un acto moral,sino que mas bien como algo mecanico, es decir a mi vecina no le importan si en el MCdonald explota trabajadores, animales o al ecosistema. Como tambien hay supuesto"ecologistas"que comen carne y fuman cigarro.
    desde mi punto de vista la alimentacion es una cuestion moral, ya sea desde mi perspctiva vegana, la cual la asumo en primera instancia como una cuestion en contra de la explotacion de la tierra y de los animales

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